Siempre hay tres discursos por cada discurso que das: el que practicaste, el que diste y el que te hubiese gustado dar. Dale Carnegie
Los discursos se pueden planear, sí, pero tienen que estar preparados para las modificaciones (que, sin dudas, va a tener) cuando nos enfrentamos con el público.
Hay que saber amoldarse a esas personas que están enfrente, aunque pensemos el discurso específicamente para ellas, no deja de ser un público “ideal”.
Nosotros nos enfrentamos al público real cuando damos un discurso.
Y, respondiendo a la pregunta del título, “¿qué es la oratoria?”, bueno, es la capacidad de poder expresar en el momento justo y de la manera correcta aquello que queremos transmitir.
La oratoria es el arte de hablar. Es el arte de poder expresar nuestras ideas para que lleguen a los oídos de las personas de la manera más clara posible.
Así que, ahora que sabés qué es, te dejamos un ejercicio para que la practiques:
Mandá un audio de un minuto a tu amigo/a o a ese chat que seguro tenés con vos mismo/a.
Contale algo, qué hiciste hoy, qué almorzaste, cuáles fueron tus últimas vacaciones… lo que quieras.
La idea es que después te vuelvas a escuchar (sí, un horror) una y otra vez para registrar si fuiste claro/a, diste vueltas, agregaste muchas muletillas (acá tenés un ejercicio para eliminarlas)... Chequeá todo eso que te gustaría eliminar.
Si todavía no hiciste nuestro curso de oratoria, podés hacer nuestro test de oratoria para chequear si lo necesitás o no.
Si ya hiciste el curso… ¿qué es lo que más te cuesta modificar cuando hablás? ¡Contanos!
¡Hasta el próximo blog!